Que miedo, saber que te perdí, sin haberte encontrado;
Que entre esta multitud hallas pasado, sin que lo notara,
Que miedo de besar el vacío, y que me abrace el viento,
Que miedo, de que estés allá afuera, y yo no salga a buscarte.
El frío y mi soledad me duelen,
Que miedo de pensar que tu también me estés buscando,
pero nadie nos quiere unir; nadie nos marca el camino.
Xalapa, Diciembre 2000
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