Por: Miguel Salvador/Fundacrover A.C.
Con las manos vacías. Usted querido lector puede pensar que me refiero a la canción que alguna vez entonaran a dúo Miguel Bosé y Rafa Sánchez. “Nunca sopla el viento a favor cuando se trata del amor y pretendes ir de prisa, no pensarías que iba a marcharme con la manos vacías por ti…” También puede pensar que me refiero a cuando salimos de algún centro de entretenimiento y apuestas en donde es muy frecuente que los aprendices de ludópatas digamos esta frase al final de día. Sin embargo, en esta ocasión quiero referirme a una de tantas anécdotas que involucran a “Alejandro el Grande”, o “Magno”, depende como quiera recordar al hombre que a sus 33 años era dueño del mundo conocido de aquel entonces.(323 A.C.)
Se cuenta que al enfermar gravemente y ante la inminencia de su muerte, Alejandro pidió tres deseos para su funeral.
1.- Que su féretro fuera transportado por los mejores médicos del imperio,
2.- Que el camino fuera tapizado por oro y joyas preciosas; y
3.- Que sus manos estuvieran fuera de su féretro a la vista de todos.
El General que escuchó tan singular petición, no pudo contener su curiosidad y preguntó al conquistar del mundo el motivo. Se dice que éste le contestó:
Primero, porque quiero que la gente sepa que ante la inminencia de la muerte ningún doctor por muy bueno que sea, tiene el poder de conquistarla, segundo, para que el pueblo vea que los bienes conquistados en está tierra, aquí se quedan y por último para demostrar que con las manos vacías llegamos a este mundo y así, con las mismas nos vamos.
Considero que está anécdota, debe llevarnos a un punto medular de reflexión sobre nuestras vidas, considerando que en aquella época el promedio de vida era menor, podríamos decir que Alejandro estaba a mitad de su vida, como muchos que actualmente tenemos 40 años, estamos a mitad del camino. Algunos enfrascados en tareas titánicas por conquistar un mundo por pequeño que sea, que al final del día ni siquiera existe más que en muestra mente. Esa mente, que causa estragos, una mente que debe ser sierva y que se transforma por condicionantes sociales en dictadora de nuestras vidas. De acuerdo a Osho estamos compuestos de tres elementos la mente, el corazón y el ser. Los tres sin importantes, pero los mayores son el corazón y el ser. Cuando logras saber quien eres realmente y tienes amor, la mente puede ser controlada. De esta manera al final, cuando el telón este a punto de bajar cuando nuestra misión sea cumplida, estaremos seguros que no nos iremos de aquí con las manos vacías.